Dos continentes, una ciudad: Estambul en silla de ruedas

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Estambul, la única ciudad del mundo que une dos continentes, me recibió con su vibrante mezcla de culturas, historia y modernidad. Como viajera en silla de ruedas, tenía cierta incertidumbre sobre qué tan accesible sería esta metrópolis histórica, pero me sorprendió gratamente descubrir una ciudad que, aunque desafiante en algunos aspectos, también ofrece experiencias inolvidables para quienes buscamos explorar sin barreras.

Llegando a Estambul: Una bienvenida inclusiva

Mi aventura comenzó en el Aeropuerto Internacional de Estambul, uno de los más modernos y accesibles que he visitado. Desde los amplios ascensores hasta los baños adaptados, todo está diseñado para facilitar la movilidad. Además, el personal del aeropuerto fue muy amable y eficiente, me ayudaron a  trasladarme sin problemas hasta donde me esperaba el taxi  que me llevaría al corazón de la ciudad luego de ver al primer gatito dándome la bienvenida a su país con un cálido ronroneo.

Explorando la ciudad

Estambul es un tesoro de historia y cultura, y mis primeras paradas fueron sus monumentos más icónicos. Por ello, decidí hospedarme en el barrio de Sultanahmet, el más turístico de la ciudad.

Según mis indagaciones todo estaba súper cerca y se podía llegar caminando desde el hotel. Lo que nadie advirtió fue que muchas de las calles en Estambul son realmente empinadas, una verdadera montaña rusa adoquinada para una pequeña silla de ruedas como la mía (ahí descubrí que a Estambul también la llaman la ciudad de las siete colinas). Afortunadamente, las personas fueron siempre tan serviciales y, pese a que era casi imposible comunicarnos, la amabilidad se hizo presente.

Circuitos sobre ruedas

Este circuito lo hice «caminando» más de una vez desde el hotel que estaba muy cerca  (20 min en silla de ruedas – 5min a pie), teniendo como primera parada en el Hipódromo de Constantinopla, luego, al costado está ubicada la Mezquita Azul, la cual ofrece una vista impresionante. Lamentablemente, no pude ingresar a la zona interior   porque no había una sola rampa pese a que recorrí todo los alrededores, pregunté a varias personas en más de una ocasión y nada. Me tocó quedarme con el velo entre las manos (en el caso de las mujeres hay que cubrirse el cabello para ingresar).

Al frente de la Mezquita Azul, se encuentra Santa Sofía, una maravilla arquitectónica, que ha sido iglesia, museo y actualmente mezquita. Tiene rampas y entradas accesibles. Aunque el acceso al piso superior es limitado, la majestuosidad de sus cúpulas y mosaicos desde la planta baja es impresionante. El ingreso cuesta 25 euros.

A unos  5-10 minutos caminando se encuentra  el Palacio de Topkapi  y al lado de este, el hermoso parque Gülhane. Este parque se  puede atravesar en silla de ruedas y es una forma  rápida, entretenida y fácil de terminar en el İBB Sarayburnu Parkı en donde se puede apreciar el Atatürk Monument junto al mar. 

Más lugares para visitar

Dentro de las opciones  de otro circuito turístico relativamente accesibles que realicé se encuentran el Gran Bazar y el Bazar de las Especias. Una atmósfera llena de colores y aromas que vale la pena explorar. Y siguiendo la misma ruta, se puede cruzar el puente Gálata caminando o con el transporte público para visitar la tan famosa Torre de Gálata y luego pasear por los barrios de Karaköy, Kabataş y Taksim, en donde  hay tantos museos, mezquitas, palacios y demás. En mi caso, llegué hasta Ortaköy, un barrio bastante cosmopolita y bohemio, increíble para pasar allí un buen rato sentada disfrutando del atardecer junto a la Mezquita ubicada a las orillas del Bósforo, escuchando la música de los apasionados que tocan al aire libre mientras las  olas susurran historias que el tiempo quiere tejer, en un rincón donde el alma aprende a volver a nacer.

Navegando el Bósforo: La magia entre dos continentes

Un punto culminante de mi viaje a Turquía fue el paseo  por el estrecho del Bósforo, que conecta Europa y Asia. Decidí visitar el lado asiático, por lo que tomé un ferry en Sirkeci (lado europeo) hasta Harem (lado asiático) y de allí recorrer hasta Üsküdar apreciando todo lo que me encontrase en el camino hasta terminar recostada en la banca de un parque junto al  emblemático puente del Bósforo. De regreso decidí tomar el metro que cruza el Marmaray, un túnel que pasa por debajo del mar y permite cruzar de un continente a otro en cinco minutos. Cómo será de rápido que me pasé varias estaciones, por lo que  me tocó conocer otras caras de Estambul totalmente distintas y al mismo tiempo igualmente espectaculares (sí, me perdí).

Transporte público y movilidad urbana

Moverme por Estambul fue bastante sencillo con transporte público, excepto por lo difícil que puede ser llegar caminando a la estación o paradero  en algunas zonas donde las calles son estrechas y bastante inclinadas. Asimismo, un par de veces resultó complicado encontrar las salidas/entradas  accesibles pese a la señalización. Por lo demás, el sistema de transporte es bastante inclusivo y está muy bien interconectado. Con la tarjeta Istanbulkart se puede hacer uso de los buses, metro, trams, Marmaray Train, ferry, etc. 

Por otro lado, Estambul tiene una topografía bastante accidentada, por lo que mi recomendación para quienes deseen caminar sin hacer mucho esfuerzo, tienen una silla de ruedas, patines o cochecitos de bebe, sería mantenerse lo más cerca al borde del mar porque cuanto más cerca,  más plano y accesible es el camino.

Gastronomía y cultura local

No puedes visitar Estambul sin disfrutar de su deliciosa comida. Probar un auténtico kebab, simit (pan turco en forma de rosca con ajonjolí que se vende en las calles por todos los lugares turísticos), beber té, café turco o ayran, así como tomar un contundente desayuno turco, son solo algunas de las cosas que no se pueden dejar de hacer en esta vida y mucho menos no probar los dulces turcos como el baklava o intentar tomar un donduma (helado turco) mientras disfrutas de los malabares de los heladeros, ¡es todo un show!

Una destino  para regresar

Estambul  me dejó fascinada con su historia, su gente y sus contrastes Es una ciudad muy segura donde Asia y Europa se abrazan, y aunque no todo es perfecto en términos de accesibilidad, ofrece experiencias memorables para cualquier viajero. Si buscas un destino que combine cultura, aventura, belleza, sabores y gatos, Estambul y en general Turquía es para ti. 

¿Tienes alguna experiencia explorando Estambul o un consejo de accesibilidad? Déjalo en los comentarios, me encantaría leerlo.

 

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