¿Alguna vez se puso a pensar sobre lo que genera la falta de inclusión y accesibilidad en el sistema de transporte? Honestamente yo nunca lo había hecho hasta que sufrí un accidente que me cambió la vida para mejor.
Hoy en día, sentada en una silla de ruedas puedo comprender la magnitud de esta problemática. No sólo se trata de empatía o dar cumplimiento a leyes ya establecidas que amparan los derechos de las personas con discapacidad. Esto vulnera los derechos de todas la personas en general porque la verdad es que muchos tenemos mujeres embarazadas, con niños pequeños o adultos mayores en nuestros círculos cercanos. Además, si pensamos en el futuro, con el paso de los años, todos nosotros iremos perdiendo nuestras capacidades tanto físicas como intelectuales. Entonces, ¿es o no importante este tema?
En el contexto peruano
En Perú, de acuerdo con el último censo desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2017), más de tres millones de personas tienen algún tipo de discapacidad, lo que representa un tercio de la población. Asimismo, el Perú actualmente se encuentra comprometido con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. En este caso en particular resalto el objetivo número once el cual pretende que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Si bien es cierto, existen avances a favor de este tema en el país . Sin embargo, insisto en que aún hay mucho por mejorar con respecto a infraestructura, tecnología, descentralización y educación. Por un lado, tenemos el uso gratuito del servicio de transporte público para las personas con discapacidad severa que se encuentren debidamente certificadas por el CONADIS. Se han implementado rampas y elevadores para el acceso a las estaciones del metropolitano y metro de Lima. Los asientos reservados son obligatorios. Asimismo, existe el programa TAMES (taxi municipal especial) que ofrece el servicio de transporte en un vehículo completamente accesible a toda persona del distrito de San Borja que sea usuaria de silla de ruedas. ¿Conoces otros ejemplos o iniciativas en el Perú o en otros países? ¿Cómo está tu ciudad?
En el contexto mundial
Casos como Hong Kong, Madrid, Suiza, Nueva Zelanda, Singapur, Estados Unidos son, definitivamente, modelos a seguir en asuntos de transporte accesible e inclusivo. Concretamente en San Francisco (Estados Unidos) los ómnibus cuentan con rampas o elevadores. Éstos tienen además dos áreas de seguridad para usuarios de silla de ruedas, asientos preferenciales así como mapas táctiles. Asimismo, todos los taxis están obligados a participar en el programa San Francisco Paratransit, el mismo que brinda un subsidio a las personas con discapacidad para su debido desplazamiento. Adicionalmente, es importante recalcar que para tomar un taxi no es necesario salir, sólo se debe llamar al conductor directamente o solicitarlo a través de la aplicación móvil Flywheel.
Otro caso es el de España donde la opción de viajar por Madrid en transporte público, es considerado por sus autoridades como un factor clave para la participación social, por lo que implementaron información visual y acústica tanto dentro como fuera de los autobuses, así como aplicaciones móviles para la guía por voz para personas con discapacidad visual.
Es innegable que se requieren de muchos recursos para lograr grandes cambios a favor de la movilidad urbana inclusiva. No obstante el cambio más importante está en nosotros.
El dato:
- Conoce más sobre los derechos de las personas con discapacidad en el Perú aquí.
- Mayor información sobre el servicio municipal TAMES en San Borja aquí.
- “Paratransit taxi & ramp taxi” en San Francisco aquí.
- PDF elaborado por el PNUD – Malasia: “Review of international best practices in accessible public transportation for persons with disabilities” aquí.